A dos aguas. Tejados de la iglesia de Santiago Apóstol en el barrio pamplonés de la Chantrea | ©Joseba Aldaz

COAVNA Mirar la arquitectura 2018, mi obra «A dos aguas»

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Mirar la arquitectura 2018, mi obra "A dos aguas". Tejados de la iglesia de Santiago Apóstol en el barrio pamplonés de la Chantrea | ©Joseba Aldaz
Mirar la arquitectura 2018, mi obra «A dos aguas». Tejados de la iglesia de Santiago Apóstol en el barrio pamplonés de la Chantrea | ©Joseba Aldaz

Concurso de fotografía del COAVNA Mirar la arquitectura 2018

Acaba de publicarse el resultado del concurso de fotografía Mirar la arquitectura 2018 del Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro. El ganador en esta edición ha sido Miguel Agramonte Aráiz, su fotografía «(0,0,0)» captada en el trinquete del Club de Tenis de Pamplona ha sido la mejor valorada por el jurado. La imagen muestra el suelo del trinquete remarcando el área de juego por un aspa de color rojo. El título en tiendo que es el emplazamiento espacial de la pelota justo en el cruce de las líneas. La imagen tiene fuerza, y para mi, es justa ganadora. El segundo puesto ha sido para Fernando López Urdín con su obra “Una ligera evocación de Robert Wiene” y el tercero se lo ha llevado Javier Ruiz Ilundain con la fotografía «BN020220202». Desde aquí mis felicitaciones a todos ellos, y por supuesto, al resto de finalistas y accésit.

Exposición de las obras

Desde el 12 de marzo hasta el 27 de abril de 2018 se podrán ver las 90 obras participantes en este concurso en el Palacio del Condestable en su segunda planta.

Mi obra: «A dos aguas»

La obra que he presentado en esta edición es «A dos aguas». En ella realizo una composición mínima entre un elemento urbano, la farola, y el tejado de uno de los edificios de Pamplona menos conocidos. Se trata de la iglesia de Santiago Apóstol en el barrio de la Chantrea. El proyecto de este edificio es de 1966 firmado por Javier Guibert y Fernando Redón. La construcción se terminó en 1969 y es una de esas obras invisibles de la ciudad, quizás por su ubicación. Este no es un lugar habitual de paso, si descontamos a los vecinos de la Chantrea. Sirva esta fotografía como pequeño homenaje a esta construcción tan singular, bella en sus formas, en la elección de sus materiales, en su luz, en el significado que le dieron sus arquitectos como lugar de culto, en la orientación y en como decora ese rincón de Pamplona entre la calle Ororbia y Mendigorría.

Lo dicho, desde el 12 de marzo pueden ver esta fotografía y el resto obras de los participantes del concurso Mirar la arquitectura 2018 en el Condestable, disfrútenla.

Para finalizar, estas son mis obras ganadoras en anteriores ediciones del concurso: «Balcones al cubo» en la séptima edición y «Sin pies ni cabeza» en la décima edición

La fotografía


Mi visión

La fotografía la titulé en un principio como «Trampantojo» porque en realidad la imagen es un engaño al ojo, no es lo que parece. La instantánea está tomada una hora y media antes del anochecer, el sol todavía está bastante alto. Es un contraluz por el alto contraste entre el cielo y el edificio, pero sin llegar al juego de luces del ocaso. La luz de la farola es natural, es el propio sol el que reverbera dentro de la esfera de cristal. La sutiliza de las sombras del tejado donde se remarcan tímidamente las líneas rojas hacen del conjunto una obra equilibrada, con un punto de fuga cenital, un comienzo bien definido en la esquina inferior izquierda y con tangentes imaginarias que no llegan a serlo.

Datos técnicos

Nikon D90 | Distancia focal (35 mm): 90 mm | f /32 | ISO: 200 | Velocidad: 1/60 seg


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