
El raquero y el Real Club Marítimo de Santander
Paseando por el Paseo de Pereda nos encontramos con el conjunto escultórico de Los Raqueros, en el Puerto Chico. Los raqueros eran unos niños que se ganaban la vida rescatando cosas del agua a cambio de una propina, recogiendo las monedas que les echaban del fondo del muelle, o robando lo que podían. Estos pillos eran famosos en los muelles del Santander del siglo XIX y principios de XX. Al fondo del primer raquero se ve el Real Club Marítimo de Santander. Un gran contraste en ambos significados. El Real Club descansa sobre el agua, y se accede a él por una pasarela.
Por encima del edificio esa nube negra avisa de lo que venía; frío y mucha agua. Nos pillo un poco desprevenidos, y como pudimos nos pusimos a refugio. Santander es una de esas ciudades que hay que visitar. Son muchas las cosas que ver, buenos platos para comer y paseos hasta hartar. Si bien, en este día poco más pudimos hacer. Al siguiente, que lució el sol; llegamos hasta el Palacio de la Magdalena, El Sardinero, y el faro del Cabo Mayor. Una delicia, y a la vuelta; un menú de esos de los que todavía nos estamos relamiendo.
La fotografía
Mi visión
El contraste del primer plano, la cabeza del raquero, con el fondo crea un doble ambiente en la imagen. La simbiosis entre el bronce sin oxidar de la espalda con los reflejos del agua funde el elemento en foco con el fondo desenfocado. Para finalizar, la pátina del metal centra al espectador en la cabeza del niño como elemento principal de la fotografía.
Datos técnicos
Nikon D90 | Distancia focal (35 mm): 69 mm | f /10 | ISO: 200 | Velocidad: 1/100 seg